top of page

El guitarrón

Atualizado: 18 de jul. de 2020

Varias fuentes de los siglos XVIII y XIX evidencian la proliferación del tiple, o guitarrillo (“guitarra muy pequeña, lo mismo que tiple”[1]), en la sociedad española; por el contrario, no es tan frecuente encontrar referencias al guitarrón. En 1734, el Diccionario de Autoridades definía "guitarrón" como “la guitarra grande”[2] y citaba el siguiente verso de la obra El Parnaso Español y Musas Castellanas, de Francisco de Quevedo:


"Estabase el tal barbero

empapado en pasacalles,

aporreando la panza de un guitarrón formidable"[3].


A partir de 1780, el nuevo diccionario de Real Academia Española, así como las ediciones posteriores del mismo, abrevia la definición de guitarrón a “s. m. aum. de GUITARRA”[4]. Aunque no de forma asidua, el término surge en algunas obras literarias de los siglos XVII, XVIII y XIX, y, en ocasiones, podría referirse precisamente a un instrumento de grandes dimensiones. Por ejemplo, Luis de Losada escribe en Juventud triunfante...:


"Templaba la Flojedad Un Guitarrón infinito: Y era el temple (cosa rara!)

Aun siendo en julio, muy frio"[5].


En una de sus Cartas críticas..., fechada el 30 de agosto de 1812, el padre maestro Fr. Francisco Alvarado se refiere a un "guitarrón" que, al parecer, tendría un tamaño desproporcionado: "pues señor Conciso, ¿y aquel guitarrón que le ocupa á V. la mitad del retrete, y bajo del cual duerme como san Alejo bajo su escalera, ha mucho que no sirve?"[6]. También en la novela Viene por mi i carga con usted..., Raimundo Bernal Ojeda menciona un "guitarrón" en el siguiente contexto: "la música, que se componía de dos tiples, una bandola, un viejo guitarrón para los bajos, un violín y una pandereta, tenía su aire democrático [...]"[7].


En la actualidad se conservan algunas guitarras de los siglos XVIII y XIX cuya caja armónica presenta unas proporciones mayores de lo habitual; se podría mencionar, por ejemplo, una guitarra de Francisco Sanguino (ca. 1759), conservada en el Museo de la Música de Barcelona [8], y otra del constructor Manuel Muñoa (1807) [9]. Una fuente iconográfica de especial interés es Escena de interior con personajes – Trajes de Castilla, obra de Luis Paret y Alcázar (17461799), de 1784, que representa el interior de una casa de pueblo o una venta castellana [10]. En la escena aparecen dos hombres, una mujer mirándoles de brazos cruzados y, entre varios objetos, una guitarra apoyada en la pared. La imagen recuerda, por cierto, unas palabras escritas por Guillaume Pigault-Lebrun en la novela Locura española, que describían la guitarra como un "mueble útil desde tiempo inmemorial en España" [11]. El instrumento de Paret presenta una caja bastante ancha y aros de cuatro piezas separados por filetes de una madera más clara. Tiene adornos en el lóbulo mayor, próximos al puente y, según parece, también en el lóbulo menor. A pesar de que este guitarrón se encuentra en un plano cercano, aparece sin cuerdas y el clavijero se difumina debido al color oscuro de la pared.


Por último, cabría mencionar que a partir de 1803 el Diccionario de la Real Academia añade a la entrada "guitarrón" la definición “hombre sagaz y picarón” [12]. Encontramos un interesante ejemplo de esta utilización del término en la tonadilla La tabernilla y el viñatero (1788) de Pablo Esteve: “o que me dejen prenda que yo no fío, a todo está el ciego, ya es buen guitarrón [...]” [13].


[1] REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. “Guitarrillo”. En: Diccionario de la Lengua Castellana compuesto por la Real Academia Española, reducido á un tomo para su más fácil uso. Madrid, Viuda de Ibarra, 1803, p. 447.

[2] REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. “Guitarrón”. En: Diccionario de la Lengua Castellana, en que se explica el verdadero sentido de las voces, su naturaleza y calidad, con las frases o modos de hablar [...], Madrid, Imprenta de la Real Academia Española, por los herederos de Francisco del Hierro, tomo cuarto, 1734, p. 98.

[3] Ibidem.

[4] REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. “Guitarrón”. En: Diccionario de la Lengua Española compuesto por la Real Academia Española, reducido á un tomo para su más fácil uso, Madrid, por D. Joaquín Ibarra, 1780, p. 512. [5] LOSADA, Luis de. La juventud triunfante, representada en las fiestas, con que celebró el Colegio Real de la Compañía de Jesús de Salamanca la Canonización de S. LUIS GONZAGA y S. STANISLAO KOSTKA [...], Valladolid, Imprenta de la Congregación de la Buena Muerte, 1746, p. 307. [6] Alvarado, Francisco. Cartas críticas que escribió el Rmo. padre maestro Fr. Francisco Alvarado, del orden de Predicadores, ó sea el Filósofo Rancio [...], Madrid, Imprenta de E. Aguado, tomo II, 1824, p. 423.

[7] BERNAL OJEDA, Raimundo. Viene por mi i carga con usted. Travesura histórico-novelesca de un curioso desocupado, Imprenta de “El Núcleo Liberal”, Bogotá, 1858, p. 150.

[8] ROMANILLOS VEGA, José Luis. “Catálogo”. En: La Guitarra Española – The Spanish Guitar, Madrid, 1992. Catálogo de las exposiciones que, sobre este instrumento, se efectuaron en Nueva York (1 de octubre 1991 - 5 de enero de 1992) y Madrid (20 de febrero - 12 de abril de 1992), p. 113.

[9] LEAL PINAR, Luis F. Guitarreros de Madrid Artesanos de prima y el bordón, Madrid, Luis F. Leal Pinar y Ediciones Dulcinea, 2008, p. 468.

[10] Véase esta imagen en ALEIXO, Ricardo, La guitarra en Madrid (1750-1808)..., Madrid, SEdeM, 2016, p. 137 o en TAMARIT VALLÉS, Inmaculada, Representaciones de la mujer española en el imaginario francés del siglo XVIII (Tesis doctoral), Valencia, Universitat de Valencia, 2003, p. 265.

[11] PIGAULT-LEBRUN, Guillaume. La Locura Española, Barcelona, Imprenta y Librería de D.M. Saurí, tomo primero, 1837, p. 112.

[12] REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. “Guitarrón”. En: Diccionario de la Lengua Castellana compuesto por la Real Academia Española, reducido á un tomo para su más fácil uso. Madrid, Viuda de Ibarra, 1803, p. 447.

[13] NÚÑEZ Faustino. Guía comentada de música y baile preflamencos (1750-1808), Barcelona, Ediciones Carena, 2008, p. 87.


©Ricardo Aleixo


41 visualizações
bottom of page